Los robots quitan empleos y el gobierno nos paga por quedarnos en casa y consumir
¿Es este el futuro que nos espera?
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El futuro con IA, robots y alta conectividad es un camino que traerá oportunidades y dilemas
Foto: Imagen creada por AI
El futuro con IA, robots y alta conectividad es un camino que traerá oportunidades y dilemas.
En el horizonte del siglo XXI, el avance de la inteligencia artificial (IA), la robótica y la conectividad extrema está transformando el mundo a una velocidad que desafía a gobiernos, empresas y trabajadores. Estamos hablando de un futuro en el que las máquinas inteligentes y los robots autónomos estarán en casi todos los sectores, tomando decisiones complejas y realizando tareas que antes eran exclusivas de los humanos. La promesa es una vida más práctica, productiva y conectada. Pero hay otro lado: la posibilidad de que millones de personas pierdan sus empleos a causa de los robots y que los gobiernos necesiten implementar políticas sin precedentes, como la renta básica universal, para evitar una crisis económica.
El escenario puede parecer futurista, pero está más cerca de lo que muchos imaginan. A continuación, comprenderemos los impactos de esta nueva era en el mercado laboral, la economía y la sociedad en su conjunto.
Robots e IA: del campo a la cirugía.
La revolución de la inteligencia artificial no se limita a las grandes corporaciones tecnológicas. Cada vez más, industrias de diversos sectores están adoptando algoritmos y robots para realizar tareas con precisión, velocidad y eficiencia. Según un estudio de McKinsey, alrededor del 30% de las actividades en el 60% de las ocupaciones pueden automatizarse con la tecnología actual.
En agricultura, por ejemplo, los drones sobrevuelan los cultivos para identificar zonas que necesitan más o menos agua, y los tractores autónomos cosechan los cultivos de forma prácticamente independiente. En el sector de servicios, los hoteles están reemplazando a los recepcionistas por asistentes virtuales, mientras que los vehículos autónomos están comenzando a realizar entregas en algunas ciudades. En el sector sanitario, los cirujanos robóticos ya realizan procedimientos complejos, minimizando los riesgos y garantizando una precisión que supera la habilidad humana.
Si hasta hace poco la automatización sólo afectaba a trabajos repetitivos, ahora la innovación también amenaza trabajos más especializados y complejos. Profesionales de áreas como el periodismo, el derecho, la contabilidad y la medicina ya compiten con algoritmos que hacen diagnósticos, analizan contratos y redactan informes de calidad cada vez mayor. La IA no sólo es más avanzada, sino que también se está volviendo más barata y accesible, lo que hace que su adopción a gran escala sea cada vez más viable.
Alta conectividad: Internet de las cosas y el mundo monitoreado
O avanço da Internet das Coisas (IoT) conecta cada vez mais dispositivos ao nosso redor. De acordo com a consultoria Statista, em 2025 teremos cerca de 75 bilhões de dispositivos conectados globalmente, desde eletrodomésticos até roupas inteligentes. Esse nível de conectividade vai além de facilitar a vida cotidiana; ele cria uma rede massiva de dados sobre como vivemos, trabalhamos e consumimos.
Essa enorme quantidade de informações pode ser usada para personalizar produtos e serviços, mas também levanta questões importantes sobre privacidade. Hoje, empresas e governos podem acessar dados sobre nossos hábitos de consumo, localização e até saúde, podendo prever nosso comportamento com uma precisão que parece saída de um filme de ficção científica.
Para o consumidor, a alta conectividade pode ser prática, mas implica a entrega de uma quantidade sem precedentes de dados pessoais. Além disso, essa coleta massiva de informações pode ser utilizada para exercer controle social e influenciar decisões de compra e até decisões políticas.
O Impacto no Emprego: Desemprego em Massa ou Transformação do Trabalho?
A adoção acelerada de IA e robótica abre uma questão: qual será o futuro do trabalho? No Brasil, onde cerca de 50% dos trabalhadores têm baixa qualificação, o risco de desemprego é alarmante. Segundo o Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (Ipea), atividades como operadores de telemarketing, assistentes administrativos e caixas de supermercado têm mais de 70% de chance de serem substituídas por máquinas nos próximos 20 anos.
Em um mundo onde máquinas realizam grande parte das atividades, como será possível manter o emprego para uma população que não tem o treinamento necessário para competir em áreas de alta tecnologia? A economia de consumo depende da renda da população para girar; sem emprego, as pessoas não têm renda e, sem consumo, empresas fecham. É um ciclo que, em última análise, pode levar ao colapso econômico.
Alguns economistas defendem que o futuro não será marcado por desemprego em massa, mas por uma “transformação do trabalho”. A ideia é que novas profissões surgirão, e as pessoas poderão se concentrar em tarefas criativas ou que exigem empatia e relações humanas, algo que as máquinas ainda não conseguem replicar. No entanto, é incerto se esse tipo de ocupação será suficiente para sustentar a maioria da população, principalmente em países com uma educação precária e baixos investimentos em capacitação profissional.
Renda Básica Universal: O Governo como Provedor
Com a automação ameaçando milhões de empregos, uma solução vem ganhando força: a Renda Básica Universal (RBU), uma quantia paga pelo governo a cada cidadão, independente de sua condição social ou de trabalho. A ideia é simples: garantir uma renda mínima para todos, assegurando que as pessoas continuem consumindo e participando da economia, mesmo que não consigam emprego.
El experimento más famoso de la RBU tuvo lugar en Finlandia entre 2017 y 2018, donde el gobierno pagó alrededor de 560 euros al mes a un grupo de desempleados. Los resultados fueron mixtos: si bien el programa generó mayor seguridad financiera y bienestar mental, no hubo un impacto significativo en la creación de empleo.
En Brasil, un programa de este tipo enfrentaría desafíos específicos. Con altos niveles de informalidad y un sistema tributario complejo, el gobierno tendría dificultades para financiar un programa de ingreso básico. Además, una población dependiente del Estado puede aumentar las tensiones sociales, ya que la búsqueda de un propósito y la necesidad de inclusión social van mucho más allá del consumo.
Un futuro de alta tecnología y nuevos desafíos
La promesa de un futuro tecnológico es sin duda fascinante. Máquinas que realizan tareas difíciles y peligrosas, asistentes virtuales que agilizan el trabajo, ciudades conectadas y optimizadas… pero ¿qué pasa con la calidad de vida de las personas que no pueden seguir este ritmo de transformación?
En una sociedad donde casi todo está monitorizado, analizado y controlado, la autonomía individual estará cada vez más restringida. El avance de la tecnología puede crear una sociedad polarizada, donde una élite de trabajadores altamente calificados y empresas de tecnología tienen el control, mientras que la mayoría depende de la ayuda estatal para sobrevivir.
Para Brasil, adaptarse a esta nueva realidad será un desafío monumental. El país tendrá que revisar su sistema educativo para preparar a las nuevas generaciones para carreras en tecnología, promover programas de capacitación para la población adulta y tal vez reformular el CLT para un mundo donde el trabajo tradicional se está volviendo escaso.
Al final, el futuro con IA, robots y alta conectividad es un camino que traerá tanto oportunidades como dilemas. El impacto dependerá de las políticas que se adopten y de cómo las sociedades opten por integrar estas tecnologías de manera inclusiva y justa.